Hemos cumplido cien días de un nuevo gobierno: en la Nación y en la Provincia. Cien primeros e importantes días. Las autoridades que en la Nación ocupan distintos cargos están informados del resultado de auditorías realizadas.

Las nuevas autoridades en la Provincia de Jujuy aún no han auditado ni informado.

Es preciso que los jujeños sepamos que ocurrió en los ocho años pasados que, aunque bajo el mismo signo político, la formalidad del voto popular cambio Gobernador, Vicegobernador y algún funcionario. No nos acostumbremos al silencio de un gobierno radical en la provincia. Eso no es político, ni democracia.

Hace a la esencia de la forma republicana de gobierno, porque es uno de los pilares sobre el que se asienta la república; el informar de manera detallada como ha mejorado la vida de la sociedad, como se trabajó en procura del bien común, cuáles son los logros obtenidos, cuáles son lo que no se consiguieron y que se hizo para conseguirlo.

Esto nos viene cuando la republica dejo atrás la monarquía. Antes el monarca no rendía cuenta de sus actos. El ejercicio del poder por parte del emperador o monarca, otorgado por la divinidad, significaba que allí estaba la verdad.

Previo a la revolución francesa el Iluminismo le arranco al soberano la razón y la libertad. En la razón iba la verdad. A partir de entonces a la verdad la buscamos todos.

Entendemos que la sociedad necesita conocer los hechos de todo gobierno, porque además hacen al interés común: ¿Cuáles son las arcas del estado que han quedado? Con saldos a favor y en contra. Ganancias, deudas, aumentos y descuentos en la producción en Cauchari. ¿Como se beneficiaron las arcas provinciales con la venta del Ingenio La Esperanza? ¿Cuáles son los novedosos e innovadores planes educativos que ocuparan los espacios curriculares en las aulas? Rescatando con ello la capacidad creadora de educadores y educandos. ¿Qué paso con el querido Banco de Acción Social? En el que trabajaron tantos jujeños en procura de mejorar las condiciones de vida y de trabajo de la sociedad: ¿Qué dineros y ganancias dejó?

          ¿Cuál es el estado de la salud en este momento y su proyección para el año 2024? ¿Planes sociales otorgados en estos años pasados? ¿Hubo planes sociales que cobraban personas que no debían cobrarlo?

En términos contables a eso se le llama arqueo. A cien días de gobierno: no se hizo. Llegamos a esa sencilla conclusión porque no se publicó nada.

No debemos tener miedo a los arqueos, investigaciones y responsabilidades posteriores. Cuando transitamos ese camino la republica existe y ese proceder se hace vitalmente procedente. En la cosa publica no caben los miedos ni los titubeos.

Algunos gobiernos de facto quisieron olvidar y borrar lo que hicieron en el pasado (1955/1958 – 1976/1983). No pudieron. Cuando se percataron de la gravedad de sus actos era demasiado tarde. La Republica pago caro ese proceder.

También recuerdo que siendo niño escuchaba en la casa paterna, que caído el segundo gobierno del General Perón (septiembre de 1955), se formaron las comisiones investigadoras, por las que pasaron todos los funcionarios del gobierno derrocado. En alguna oportunidad le preguntaron al gobernador depuesto: ¿Usted sabia lo que pasaba en tal repartición? Y valientemente respondía: No lo sabía, pero yo soy el responsable porque era el gobernador.

Que hermoso ejemplo de valentía, coraje público, hombría de bien, compromiso con la verdad, ejercicio de la democracia y la republica nos dejó el Gobernador Profesor Jorge Villafañe al asumir todas las responsabilidades inherentes a un digno funcionario público.

          Que lindo seria caminar un mundo al lado de gigantes como él.

Por el contrario, el gobierno provincial ha mostrado una eficacia muy importante al creas y aumentar impuestos, aunque esos impuestos atropellen la Constitución Nacional (como lo hemos mencionado en publicaciones anteriores). Estamos en presencia de una provincia y algunos municipios, donde sin enterarse que el gobierno nacional cambio de signo político, nos cobran impuestos y tasas retributivas de servicios públicos del primer mundo. No importa si están o no superpuestos.

Frente a ello como contribuyente decimos: Con sorpresa y sacrificio estamos haciendo frente al pago de los mismos, que todo gobierno debió haber evitado con políticas sanas y de crecimiento económico. Nos explicaremos mejor: Si los impuestos y las tasas retributivas de servicios públicos en Provincia de Jujuy y Municipios, han aumentado entre un 300 % y un 500%, lógico resulta entonces que exijamos vivir una provincia del primer mundo: Con la seguridad que nos permita salir y volver a nuestros hogares sanos y salvos, sin dengues, sin cortes en los servicios públicos, con la prestación adecuada de los mismos, con la lucha a muerte de la pobreza y desocupación, que muchas veces son la consecuencia de la corrupción, sin sorpresivas e injustificadas suspensiones de clases, como lo hizo el gobierno provincial este año que decidió comenzar una semana más tarde.

Hace unos días el sumo pontífice dijo: “Sin complicidades de un sector del poder político, policial, judicial, económico y financiero no seria posible llegar a la situación en la que encuentra la ciudad de Rosario, es necesario rehabilitar la política, que es una altísima vocación”.

          Invito a que todos meditemos las palabras del querido Papa Francisco.

Los cien primeros días de gobierno, la nación ha llevado a cabo una política fiscal sin precedentes. Hasta ahora las provincias argentinas, salvo honrosas excepciones no acompañaron ese proceso de transformación. Las autoridades nacionales en los ejercicios de los dos meses anteriores se expresaron manifestando con razón que han logrado el superávit fiscal. Es cierto. Es de esperar que, en los próximos dos o tres meses, además de seguir contando con ese superávit fiscal, aparezca el plan económico cuyo centro será la producción. Es probable que entonces la argentina caminará por los senderos del progreso y bienestar.

          Si no hay producción, no podremos saber ¿cómo será nuestro mañana común?

Se observa con preocupación y tristeza que varias provincias argentinas no anotaron en su calendario de los meses por venir, que también deben trabajar para conseguir por lo menos un equilibrio fiscal, mejor aún el superávit. Si lo hubieran hecho en estos cien primeros días de gobierno, la tarea sería más fácil. No para el gobernante, sino en contra de la pobreza, para la población, para los desocupados, para los postergados, para los estudiantes, para el bien común, en fin, para todos. Pero no tomaron nota del cambio. Ya hemos perdido y desaprovechado los cien más importantes de todo gobierno en la historia y en el mundo.

Quizá se preocuparon por el ejercicio de un poder que no encuadra en los postulados de la Constitución Nacional.

A todo ello se suma: No olvidar las consecuencias de una trasnochada reforma constitucional en la provincia de Jujuy, que permite no contar con organismos de contralor seguros.

  Se juega un destino preñado de acechanzas y peligros. Será preciso ponernos a la altura de las circunstancias. En la medida que los dineros públicos sean empleados al bien común, sin discrecionalidades, ni superfluamente y rendida cuenta de los mismos, alcanzaremos más rápido el destino de una argentina mejor para todos.

 

 

 

 

 

 

 

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