Hablemos un poco de la inexistencia de la ley despenalizadora del aborto, iniciando los años sesenta, los líderes mundiales comenzaron hablar del proceso de unión de naciones como paso previo a la Universalización. A tantos años transcurridos ese fenómeno mundial se encuentra cumplido en muchos aspectos de nuestra vida.
Cuando la Globalización comenzó a desarrollarse cambiando la fisonomía del mundo occidental, las naciones establecieron mejores condiciones de convivencia y desarrollo. Ejemplo de ello forman parte las comunicaciones que hoy nos permiten acercarnos con familiares o amigos con cualquier lugar del orbe, libre en muchos casos de todo pago. La Globalización no nos pregunto si la queríamos en nuestras vidas. Se hizo presente. Bienvenida sea.
Cuando a fines del Siglo XIX, el hombre alcanzo aprovechar la electricidad para uso domestico, ese día ya no encendió más el mechero a kerosene. Encendió la llave que brindaba mejores condiciones de vida. Eso siempre sucedió con los fenómenos mundiales. Ese es el desarrollo de la humanidad.
Como realidad de ese desarrollo, la sociedad un día escribió la ley, lo hizo para convivir, la fue perfeccionando, la concibió una norma jurídica fundamental y la llamó: Constitución Nacional.
La constitución y los tratados internacionales.
La ley también acepto la invitación a Globalizarse. Dando un paso más, las naciones firmaron tratados internacionales plenamente aceptados por la Constitución Nacional, entre ellos la Convención Americana sobre Derechos Humanos, también llamada Pacto de San José de Costa Rica, suscripto por la República Argentina un 22 de Noviembre de 1969, aprobado por ley del H. Congreso Nacional mediante ley N° 23.054, sancionada el 1°.3.1984, promulgada el 19.3.1984, llevada a la categoría complementaria de la Constitución Nacional por la reforma constitucional de 1994.
El artículo 4° primer apartado del Tratado Internacional que comentamos, reza claramente: “TODA PERSONA TIENE DERECHO A QUE SE RESPETE SU VIDA. . . . A PARTIR DEL MOMENTO DE LA CONCEPCIÓN. NADIE PUEDE SER PRIVADO DE LA VIDA ARBITRARIAMENTE (lo resaltado me pertenece)”.
Existe acuerdo y así está dispuesto en varios de los doce tratados internacionales que integran el plexo normativo del artículo 75 inciso 22 de la CN., que la vida existe desde el momento de la concepción y que desde ese momento debe ser respetada. Se lo dijimos al mundo.
El debate sobre la ley
Cuando Argentina debate una ley sobre aborto, recientemente debatida y rechazada por el Parlamento del anterior Gobierno del Presidente Macri, además de perseguir (en ambas oportunidades) mezquinos intereses políticos, trabaja políticamente para dejar de lado normas jurídicas cuyo respeto al Derecho Internacional esta despreciando. En concreto: A lo largo de los años la Nación ha firmado tratados internacionales que, en lo tocante a respetar la vida promete hacerlo desde el momento de la concepción, ahora los desconoce y no los quiere cumplir. Esa Globalización suscripta, ratificada y en reiteradas oportunidades agitadas sus banderas bajo el ejercicio de los derechos humanos, hoy por razones de circunstanciales conveniencias, aspira volver al mechero a kerosene de las normas jurídicas. Con ese proceder Argentina aspira bajarse de la convivencia globalizadora.
Si nuestra Nación en alguna oportunidad no va a cumplir un tratado internacional, de los doce del status constitucional del artículo 75 inciso 22, en alguna de sus partes, o en la totalidad de ellos; el camino no es dictar una ley del Congreso Nacional. Hacerlo a través de una ley es un atajo legal, un camino plagado de emboscadas jurídicas, es reducir el facilismo en el ejercicio del poder, es despreciar la globalización de la norma jurídica, y lo que es más grave aún intentan hacerlo en nombre de la Democracia y la República.
Si la República Argentina ha firmado y aprobado un Tratado Internacional DEBE CUMPLIRLO. Lo contrario es desconocer lo que hemos hecho, lo que hemos firmado. Me domina el humilde pensamiento que el Gobierno Nacional, sigue el camino de la ley, porque no se anima denunciarlo internacionalmente.
El mismo plexo normativo en su artículo 75 inciso 22 la CN, establece el camino a seguir para el caso de no cumplir compromisos internacionales, al ordenar: “SOLO PODRAN SER DENUNCIADOS EN SU CASO POR EL PODER EJECUTIVO NACIONAL, PREVIA APROBACION DE LAS DOS TERCERAS PARTES DE LA TOTALIDAD DE LOS MIEMBROS DE CADA CAMARA”.
Cumplir los compromisos.
Siempre resulta inconveniente y trae consecuencias no cumplir compromisos asumidos. Para alejarnos de la defensa de la vida desde el momento de la concepción. Reconocido ese derecho desde ese momento, además de la legislación local, igualmente por el Derecho Internacional que estamos razonando. Argentina (si así lo entiende) debe denunciar la parte de los tratados que defienden la vida desde el maravilloso momento de la concepción. Lo hará por ley, pero para ello necesita de la mayoría calificada de las DOS TERCERAS PARTES DE LA TOTALIDAD DE LOS MIEMBROS DE CADA CAMARA. De no seguir ese camino y se incumple la exigencia constitucional de esa mayoría calificada, LA LEY ES INEXISTENTE.
No tiene vida en el mundo jurídico.
He tenido oportunidad de expedirme defendiendo la vida. Las dos vidas. Recordé varias veces el pensamiento de S.S. Pablo VI, refiriéndose a los que desde el poder piensan y apoyan el aborto, y les dijo: “AQUELLOS QUE SE CREEN CON DERECHO A REDUCIR EL NUMERO DE LOS INVITADOS AL BANQUETE DE LA VIDA”.
A tanto tiempo transcurrido. Cuando la Nación presenta una crisis descomunal: Política, Social, Económica, Laboral, Educativa, Sanitaria, Ética, Moral. Cuando no se quiere gobernar viajando en el pretexto de la Pandemia, para imponer la cuarentena. Cuando no hay ideas, menos proyectos de ley que algún día vayan a ser presentados en el Congreso Nacional buscando mejorar las condiciones de vida y de trabajo de la Sociedad. Cuando podemos estar caminando hacia el abismo; el Poder Ejecutivo Nacional presenta un proyecto de ley que ya hace dos años había sido rechazado. Con esa realidad hoy decimos: La defensa de la vida no está en los discursos altisonantes o deslucidos del Congreso, ni en la injustificada e inoportuna exposición de motivos de una ley, tampoco está en la picardía política de algún funcionario que se cree listo o todopoderoso, ni en aquellos que luciendo aspectos negativos de su vida piensan en la omnipresencia de sus personas, o en escondidas teorías que defienden lo indefendible. La defensa de la vida, anida en nuestro corazón, está en nuestro espíritu, está en nuestro hogar, porque allí la hemos conocido, aprendido y defendido.-
No ingresemos en el facilismo de creer que tenemos el ejercicio de una libertad sin responsabilidad. Retornemos a las cosas humildes y sencillas. Sepamos perder sin perdernos.
Con el fenómeno del desarrollo y la globalización, las naciones no se van a preocupar en el futuro por ser industrializadas o no. Las que ya lo son, lo han logrado. La globalización comienza respetando los compromisos asumidos, dando valor a la palabra oral y escrita, respetando los derechos positivos y los derechos naturales, animándonos encender la luz todos los días de la vida, olvidando el mechero a kerosene.
El mundo atraviesa una Pandemia. Pasada ella transitaremos el camino de la oportunidad: De continuar con el desarrollo de la inteligencia artificial. Esa es la industria del hoy y del mañana. A esa mesa se sentaran las naciones que hayan respetado la palabra y la ley. Es posible que el tren del desarrollo de la inteligencia artificial pase una sola vez por la estación de cada Nación. Las sociedades del mundo tendrán esa única oportunidad para ascender a ese maravilloso tren. Luego habrá partido. Las que no lo hagan serán cada día más dependientes, más pobres, más olvidadas.
Dr. René Vicente casas
- Publicación referida a la legalización del aborto en argentina, publicada en facebook el día 18.12.2020 de René Vicente Casas.