Hace tiempo ocupa el imaginario de algunos sectores de la política argentina, la reforma de la ley electoral, camino a la boleta única.

Hay ausencia de voces con la intención de hacerla realidad en el escenario social que vivimos. También lucen llamativos silencios de quienes están obligados a emitir opinión, escuchando opiniones infantiles como: No es el momento. Nos preguntamos: ¿Cuándo entonces?

  Los Preámbulos de la Constitución jujeña y nacional, perpetúan los beneficios de la libertad e igualdad.

La historia argentina presenta un muestrario de atropellos a esos beneficios de libertad e igualdad. Inicialmente existió el voto cantado, cuando el ciudadano se presentaba y a viva voz debía decir por quién votaba, convirtiendo tal acto en condicionado porque sobrevenían consecuencias laborales, sociales, políticas y de libertad de las personas.

Esto último tristemente revivido, una de las más recientes oportunidades hace casi un año. Cuya compañía como malos recuerdos será permanente en nuestras vidas.

Fue Roque Sáenz Peña bajo su gobierno, que en 1912 se dicta la ley electoral N° 8871, estableciendo la característica secreta del voto. Acompañará más tarde el presidente radical Marcelo Torcuato de Alvear (1922/1928), con el dictado de la ley de enrolamiento N° 11386 (30.9.1926), siendo obligatoria su presentación en el acto comicial, sellando dicho documento, demostrando con ello haber cumplido los deberes ciudadanos. Recordemos de Alvear su fortaleza política y su amor incondicional, por eso Yrigoyen murió diciendo: “Rodeen a Marcelo”.

Pero los duendes no habían desaparecido. Sobrevino la década infame. Caracterizada una vez más por el fraude electoral. Las elecciones que corrieron desde el presidente Justo iniciado en 1932, cuando el ciudadano concurría al acto electoral; la autoridad de mesa sellaba su documento y le manifestaba que ya había votado, no dejándolo ingresar al cuarto oscuro, llamando a la autoridad policial o militar que lo retiren hasta la calle.

Eso fue hasta el primer triunfo electoral de Perón (24.2.1946), que serían reconocidas como las primeras elecciones más limpias en la historia política argentina. Seguramente porque los militares y policías que custodiaban la soberanía popular vedaron, la entrada de duendes y fraudes electorales.

Hoy se hace absolutamente necesario volver alejar duendes y fantasmas electorales acudiendo a la boleta única, llevando celo y transparencia a los sobres en blanco que respeten la decisión del ciudadano que así ha votado.

          El actual sistema electoral como manifestación democrática se encuentra agotado. Habiendo debilitado gravemente la representación popular y las instituciones que nacen de la Constitución y de la ley, especialmente los sistemas de contralor. Ellos nos han traído consecuencias que señalamos más abajo:

En las elecciones ocurridas en 2023, apuntamos diferencias sustanciales entre los escrutinios de candidatos provinciales y nacionales. Intervinieron entonces autoridades electorales distintas y los resultados fueron abismalmente distintos.

Tengamos presente que la Constitución Nacional, propone una sociedad consciente y participativa de los destinos nacionales. Para ello nuestra propuesta seria avanzar hacia la implementación de la boleta única, porque además de dejar atrás de nuestros recuerdos la década infame:

  • Será la forma más transparente y segura de participar en las decisiones que conciernen al pueblo y a la nación.
  • No podrán los declamadores, que los cargos públicos lo serán por dos periodos y después emboscar diciendo que eso es así; pero valido una vez que me vaya. No olvidemos que la Revolución Francesa dejo atrás la monarquía y a su emperador dando nacimiento a la república y sus instituciones.
  • Formaría parte de la década infame reformar la constitución o la ley en beneficio personal, para no rendir cuentas, para perseguir, para encarcelar, o en beneficio de todos aquellos que solo piensen como pensaba el emperador, o en ese beneficio personal.
  • Significaría el fin de algunos pensamientos políticos que irrumpen en la vida política, para perpetuarse en el ejercicio de malos y peores gobiernos, porque:

La libertad es y será siempre determinante de la vida del hombre y de la sociedad. Para su ejercicio no debe importarnos que nos amenacen con cárceles, exilios o torturas.

Aquella ausencia de representación genuina y legitima, trajo como consecuencia la tortura de la corrupción, la decadencia de la corrupción, la más grave forma de subdesarrollo moral (Pablo VI). A la que, para arrojarla de la mochila de la vida social y política, debemos librar homéricas batallas, porque aquellos que, de manera malsana dilapidaron la fortuna de los argentinos, no han tenido en la mayoría de los casos adecuados controles, luciendo por las calles del mundo una fingida honradez. No nos cansemos. Era el mes del viento norte cuando el General Belgrano alentaba al Jujuy de entonces, dejar todo y con la bendición de Dios y la Bandera adelante encaró aquella histórica gesta. Hoy en este nuevo mes del viento norte, debemos librar las batallas por la libertad y en contra de la corrupción.

El sufragio ejercido sin la pureza del mismo trae consecuencias, entre las que tristemente mencionamos: La inseguridad, que viola el primero de los derechos esenciales de la persona: El derecho a la vida.

No quiero en esta instancia de la vida política y social de la argentina estar ausente de mis pensamientos, un nombre: Loan.

Con él se han apoderado del ejercicio de la crueldad. ¿Qué clase de democracia es esta que arrebata nuestros niños? Llevando tantos sueños y esperanzas.

Teniendo en cuenta los pasos judiciales realizados hasta ahora; revisten la situación de procesados con prisión preventiva: Una alta funcionaria municipal, un comisario jefe, un oficial retirado de la armada argentina, los tres de la localidad de donde desapareciera Loan.  Además, hay un gobernador correntino denunciado en las oficinas de Comodoro Py, una razia de funcionarios provinciales expulsados del gobierno, y el mundo sigue andando.

¿Vivimos una democracia real o formal? Entiendo que la boleta única comenzará a mejorar estos desvíos.

Con este ángel ausente hace dos meses, ocurrido en democracia formal; lucen una vez más personas que, hace tiempo se han acostumbrado a la doble moral de pedir seguridad jurídica en la mañana y justificar las violaciones a la ley por la tarde.

Quiera Dios que Loan no sea un fracaso más del estado argentino.

Para comenzar a superar parte de estos males pongamos prontamente en vigencia la boleta única. Con ello habremos intentado mejorar la vida democrática y la seguridad jurídica.

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